Curso “138 Autismo en niñas, adolescentes y mujeres”.
Preguntas Generales
¿Cómo fue tu experiencia de desarrollo profesional en Virgo?
Fue un gran aporte desde el momento en que se me otorgó la posibilidad de tratar un tema que no siempre se menciona. Además de haberme permitido también conocer a otros y otras profesionales de la educación de distintos lugares y áreas del conocimiento.
¿Qué es lo que más te gustó del proceso de creación de tu curso en Virgo?
El respaldo y acompañamiento constante de quien fue mi tutora, Natalia. Asimismo, también el tener la posibilidad de aportar con ideas desde la iniciativa propia.
¿Por qué nos recomiendas tu curso?
Porque si bien el autismo en niñas, adolescentes y mujeres se ha ido visibilizando con el tiempo, aún hay mitos que derribar y características a tener en consideración que todavía son ignoradas masivamente.
¿Cuál sientes que fue el mayor desafío en este proceso de creación de tus cápsulas?
El hecho de tener que profundizar en el manejo de un programa de grabación de cápsulas totalmente nuevo para mí, pero que gracias a la ayuda de dos tutoras finalmente pude comprender y manejar.
Sección Lúdica
Grupo musical que nos recomiendes: Rata Blanca
Un libro que nos recomiendes: “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes” (Elena Favilli, Francesca Cavallo.)
Una serie y/o película que nos recomiendes: Serie: “División Palermo” (Santiago Korovsky) Película: “Todo sobre mi madre” (Pedro Almodóvar)
¿Perros y gatos (o ambos): Desde mi experiencia, perritos.
Para Romina Allende
¿Cómo crees que tu curso aportará a las comunidades educativas y a las y los docentes que lo vean?
Creo que el hacer visible el autismo con sus características específicas desde lo femenino puede ayudar a las estudiantes a sentirse más apoyadas en el contexto educativo, además de la importancia de desmitificar algunas ideas sobre el autismo que lamentablemente aún siguen arraigadas socialmente.
¿Cómo describirías tu experiencia como profesora con autismo en el aula?
Sin duda, un desafío, pero que puede llevarse a cabo. Cuando trabajaba en colegios me hacía sentir mal que cambiaran de actividades en los establecimientos (por ejemplo, charlas externas, festejos varios). Si bien, se entiende que son parte de la cultura escolar, a mí me sacaban de mi programación y estructura. Además, lamentablemente a fines de 2022 sufrí un episodio de discriminación de parte de una ex jefa, curiosamente Educadora Diferencial. Fue entonces que decidí retirarme de la educación en colegios tradicionales con mucha tristeza, pues ni siquiera fueron conflictos con los estudiantes. Sin embargo, creo que las y los docentes debemos valorarnos y no tolerar estas situaciones. De todas formas, no todo ha sido negativo, lo aclaro. Sigo ejerciendo como profesora de Lenguaje en otro contexto y en el que decidí compartir con mis estudiantes que soy autista. En un comienzo, dudé si había sido buena idea, pero fue lo mejor. Hasta hoy hay estudiantes autistas y parte de neurodivergencias varias que se acercan a mí con confianza y me cuentan sus experiencias y es gratificante sentir que soy un apoyo para ellas y ellos.
¿Cuál crees que es el mayor desafío que tiene hoy la educación en términos de inclusión?
Creo que hay dos factores muy importantes: primero, la gran cantidad de estudiantes en las salas de clases, en las que muchas veces (por no decir, la mayoría) el o la docente no cuenta con un(a) asistente de aula. Por ello, lamentablemente es muy difícil brindarle toda la atención que uno quisiera a esos(as) estudiantes que requieren adecuaciones y mayor atención, porque hay que estar pendiente de cursos completos que pueden estar compuestos, por ejemplo, hasta de 45 estudiantes. Por otra parte, la falta de capacitación que existe de parte de docentes y equipo directivo (y por qué no, de la comunidad educativa como tal) acerca de estos temas y cómo abordar la inclusión como parte de lo cotidiano.
¿Qué consejos darías a otros educadores para mejorar la inclusión de niñas, jóvenes y adolescentes con autismo en el aula?
Poner atención a esas estudiantes, escucharlas, estar pendientes. Muchas de ellas (también lo hice cuando fui estudiante) enmascaran sus conductas, incluso varias tienen sospechas de su diagnóstico y no saben por qué se sienten distintas al resto. A veces, el simple hecho de escucharlas y demostrar que son importantes es ya un gesto que se valora. También, desde los y las docentes, si tienen dudas sobre sus diagnósticos, ver qué se puede hacer para lograr un trabajo conjunto, averiguar si han acudido a algún especialista o si requiere de alguna adecuación particular.
En términos de género y autismo, ¿cómo crees que la colaboración entre profesionales de la educación y expert@s en autismo podría mejorar la experiencia en el aula para alumnas con autismo?
Creo que se relaciona con la última parte de la respuesta a la pregunta anterior. El comunicarse entre profesionales es clave para poder lograr una mejor experiencia para las estudiantes autistas y, así, generar redes de apoyo que las hagan sentir que son parte de un espacio seguro.
Desde tu experiencia y conocimiento, ¿te gustaría sumar algo más?
Solamente aprovechar de invitar a profesoras y profesores a ver el curso que preparamos en conjunto con Virgo sobre este tema. Creo que puede ser de utilidad para que comprendan aspectos necesarios para llevarlos a cabo desde el contexto educativo.
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